24 de novembre del 2010




BAD TEDDY BEAR_



Tenía claro lo que ella era, lo que creía que era, una niña de cinco años. Pero llego el regalo con el día del estreno de números. Una caja sin remitente apareció en su salón color salmón. Nunca había abierto un regalo así. ¿Y si no le gustaba? ¿Y si no le iba bien? ¿Y si resultaba ser un pequeño monstruo peludo al que acabarían llamando Gremlin? Le aterraba la incertidumbre, no podía más.




Pero como tantas cosas en la vida, la realidad superó la ficción.
Abrió la caja con sus pequeñas manitas temblorosas y lo vio. Sus ojos se abrieron y soltó un pequeño suspiro de tranquilidad. Ante ella, en esa preciosa caja había un adorable Osito de peluche marrón con un precioso lazo rojo y con un parche tejano en las posaderas. ¡Qué suave!! Estaba contenta. Estaba muy contenta.


Pasaron los meses y era su juguete favorito. Lo llevaba consigo siempre que podía. Incluso escondido en la mochila en alguna ocasión en el colegio, aunque no estaba permitido. Una rebelde, vamos. Lo disfrazaba, le pintaba, incluso en una ocasión, con una considerable reprimenda posterior por parte de su madre, le hizo un cambio de look, una cresta. Estaba muy favorecido a su parecer.

La relación con el pequeño peluche amoroso fue a más, a mucho más.


La pequeña entro en un bucle patológico- obsesivo en el que ella perdía totalmente el control de la situación y enloquecía si no lo tenía cerca, si no dormía con él, si no lo podía llevar consigo… la cosa se puso fea, muy fea.

La pequeña necesitaba una desintoxicación peluchil con urgencia. Y sus padres lo sabían. Sus profesores lo sabían. Sus compañeros de colegio lo sabían. Incluso su vecina del tercero lo sabía.


Misteriosamente una noche de Noviembre el oso - enloquecedor desapareció. Como en las películas de miedo. Igualito. Nunca más se supo de él. La niña se recuperó. Bueno, más o menos. Ahora es mayor. Y un poquito excéntrica. Ya va por el octavo tatuaje. Los ocho son osos marrones.

Se dice que el peluche enloqueció a muchos otros niños. Siempre aparecía en una caja el día del estreno de los números. Ir con cuidado.



Avisados quedáis.

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